Independencia de Cataluña, deseos y realidad

“Nacionalismo, el cáncer de Europa”
“Ninguna política puede basarse solo en deseos”
Konrad Adenauer, Memoirs 1945-1953

El nacionalismo catalán ha llevado las cosas hasta un punto culminante. Según sus dirigentes, estamos a pocos meses de la declaración de independencia de la República de Cataluña. Sin embargo, cuestiones esenciales para la viabilidad de un estado independiente son abordadas de un modo que demuestra que la realidad está siendo confundida con los deseos del nacionalismo. Mencionaré solo tres.

El terrorismo yihadista es una amenaza real y cotidiana para el conjunto de Occidente. Pese a ello, la cuestión de la defensa nacional es encarada como si se tratara de una subcontrata para un trabajo menor. Artur Mas ha expresado más de una vez que considera que una Cataluña independiente no debería tener un ejército propio, sino que tendría que alcanzar un acuerdo con “alguien” para que la defendiera a cambio de una cuota. ¿Quién sería ese “alguien”? ¿España? ¿Francia? ¿Qué interés podrían tener esos países en ponerle las cosas fáciles al independentismo catalán? Tampoco se me ocurre qué motivos tendrían la OTAN o terceros países para aceptar una propuesta de ese tipo por parte de Cataluña.

En repetidas ocasiones, altos dirigentes comunitarios han manifestado que la independencia de un territorio que forme parte de un país miembro de la Unión Europea supondría la salida de la misma. No obstante, Artur Mas responde que “no podrán prescindir de siete millones de personas”. Una vez más, no veo qué motivos tendrían, como mínimo, no solo España sino también Francia, Italia y Reino Unido (todos países con movimientos secesionistas internos) en aceptar sin más la permanencia de Cataluña en la UE. La realidad es que el PIB catalán es apenas el 1,5% del PIB de la UE. Aunque la salida de Cataluña de la UE sería un problema importante para determinadas empresas españolas, no parece que la UE como un todo pudiera tener mayores problemas en sobrellevarla. ¿Es razonable pensar que la UE sufriría problemas graves si Irlanda saliera de la misma? Pues el mismo sería el caso con Cataluña.

Dirigentes nacionalistas dan por sentado que en una Cataluña independiente el euro podría seguir siendo utilizado sin problemas. El euro, por definición, es un proyecto político y económico de unidad europea. La independencia unilateral de Cataluña iría precisamente contra la esencia misma de lo que representa el euro. Más allá de eso, aunque físicamente los billetes de euro continuaran siendo utilizados, Cataluña no estaría representada en el Banco Central Europeo, por lo que no podría contar con su asistencia. Además, la crisis griega recordó que la asistencia financiera del BCE está sujeta a determinadas reglas y colaterales. Aún haciendo abstracción del quiebre de reglas que significaría una independencia unilateral, ¿qué colateral podría ofrecer un Estado Catalán? Un país puede decidir utilizar el dólar de EE.UU. como moneda (de hecho, muchos lo hacen), pero eso no significa que cuente con la asistencia financiera de la Reserva Federal. Lo mismo ocurriría con Cataluña, que podría utilizar los billetes de euro pero sin contar con el respaldo del BCE.

Confundir la realidad con los deseos es algo que en la vida de cada persona conduce a problemas y decepciones. Cuando esa misma confusión se produce en dirigentes políticos, cabe esperar lo mismo: problemas y decepciones, aunque mucho mayores. Confusión que, en el caso de los dirigentes nacionalistas catalanes, aúna frivolidad e irresponsabilidad. Una combinación que no augura nada bueno para Cataluña ni para los catalanes.